lunes, 17 de septiembre de 2007

texto amarillo

Una expedición de cien mil chinos histéricos visitaba un inmenso campo de girasoles bajo la displicente y furibunda luz del sol. Al percibir que su territorio era invadido, los múltiples insectos de la zona reaccionaron con violencia: las cigarras –cuyo zumbido electrizaba el aire- intensificaron súbitamente su chirriante melodía, y las avispas –de colosales dimensiones todas ellas- exhibieron de inmediato el fulgor de su aguijón.
Víctimas del espanto, los cien mil chinos histéricos arrojaron por los aires sus cámaras de fotos y, antes de salir corriendo despavoridos, estallaron en un grito unánime que hizo resquebrajarse el cielo.

2 comentarios:

odiealex dijo...

Este relato me ha llevado a reflexionar y he llegado a la siguiente conclusión:

“No hay campo sin grillo ni hortera sin amarillo”

Anónimo dijo...

¡¡No me puedo creer que no hayáis vuelto a escribir nada más!!

...Manos que no dais, ¡¿a qué esperáis?!