martes, 28 de agosto de 2007

el vacío

El vacío ha alquilado mi mente, y no quiere irse ni pagarme.

¿Cómo puedo echarlo? Tal vez metiendo cosas. Pero el vacío acabará por devorarlas. Tiene mucha hambre. Si le arrojo un pensamiento ajeno, se lo tomará para cenar. Si le lanzo un poema, lo atrapará de inmediato con sus afilados dientes y lo masticará hasta que desaparezca.

Lo bueno del vacío es que no ensucia demasiado mi territorio mental, más bien al contrario, lo limpia. En eso debo estarle agradecido, porque hay otros inquilinos, como la alegría o el miedo, que destrozan el mobiliario cuando aparecen.

2 comentarios:

odiealex dijo...

Mi mente se ha particionado como los minipisos de la ministra y dentro de ellos habitan multitud de inquilinos. Desgraciadamente a veces no se llevan bien lo que me lleva a experimentar numerosas jaquecas.

http://ladivisiondelplacer.blogspot.com/

Anónimo dijo...

Ojalá el vacío se instalará en mi mente